lunes, 28 de marzo de 2011

LAS FLORES DEL MAL, DE BAUDELAIRE


Hoy vamos a comenzar a hablar de otro tipo de flores distintas a las de la jacaranda. Comenzaremos por ver un video en el que nos informan de quién fue Baudelaire. Y continuaremos por el contexto de los poetas malditos
Lee el poema que sirve como introducción a esta obra y contesta a las siguientes preguntas:
1.-¿Qué cualidades habitan el alma de los hombres?
2.- ¿Cómo se libra el hombre del pecado?
3.- ¿Quién gobierna el mundo y quien mueve los hilos de esas marionetas que llamamos "humanos"?
4.- ¿Qué dice el poeta sobre el placer en la estrofa nº5?
5.- ¿Por qué culpa al hombre de falta de valentía?
6.- ¿Cuál es el monstruo más horrible de la creación?
 En el siguiente enlace podrás encontrar todos los poemas: http://amediavoz.com/baudelaire.htm

Al lector

"Afanan nuestras almas, nuestros cuerpos socavan
La mezquindad, la culpa, la estulticia, el error,
Y, como los mendigos alimentan sus piojos,
Nuestros remordimientos, complacientes nutrimos.

Tercos en los pecados, laxos en los propósitos,
Con creces nos hacemos pagar lo confesado
Y tornamos alegres al lodoso camino
Creyendo, en viles lágrimas, enjugar nuestras faltas.

En la almohada del mal, es Satán Trimegisto1
Quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu
y el precioso metal de nuestra voluntad,
Íntrego se evapora por obra de ese alquímico.

¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!
A los objetos sórdidos les hallamos encanto
E, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas,
Bajamos hacia el Orco un diario escalón.

Igual al disoluto que besa y mordisquea
El lacerado seno de una vieja ramera,
Si una ocasión se ofrece de placer clandestino
La exprimimos a fondo como seca naranja.

Denso y hormigueante, como un millón de helmintos2,
Un pueblo de demonios danza en nuestras cabezas
Y, cuando respiramos, la Muerte, en los pulmones
Desciende, río invisible, con apagado llanto.

Si el veneno, el puñal, el incendio, el estupro,
No adornaron aún con sus raros dibujos
El banal cañamazo de nuestra pobre suerte,
Es porque nuestro espíritu no fue bastante osado.

Mas, entre los chacales, las panteras, los linces,
Los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,
Los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,
En la, de nuestros vicios, infernal mezcolanza

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!
Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
Convertiría, con gusto, a la tierra en escombro
Y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

¡Es el Tedio! -Anegado de un llanto involuntario,
Imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tu bien conoces al delicado monstruo,
-¡Hipócrita lector -mi prójimo-, mi hermano!"

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